Nunca me han gustado las isabelitas, será que no me he topado nunca con esas mutaciones tan bonitas que de vez en cuando se aprecian en fotos de algún concurso importante, o será sencillamente que mis ojos se van directamente al colorido de otras estríldidos mucho más llamativo coo los goulds, moteados o papagayos. El caso es que nunca he tenido más de tres parejas de gorriones del japón en mi aviario.
Que duda cabe que no hay nada mejor que estos pájaros como nodrizas de otras espécies más difíciles, pero una vez tuve que recurrir por necesidad a una pareja de mandarines para que me sacaran adelante una puesta de cuatro goulds. No tenía otra opción, las isabelitas estaban ocupadas en otras pestas de exóticos y los padres de gould no estaban por la labor de cuidarlos como es debido. Pasa como muchas veces, los goulds incuban de maravilla pero una vez que nacen los pichones, o no les dan de comer o el padre los tira fuera del nido muriéndo se de frío al poco tiempo.
Esa pareja de mandarines los adoptaron como si fueran sus propios hijos, no había diferencia alguna de como los crían las isabelitas. Tenía miedo que al ver las boqueras tan diferentes que tenían sus hijos adoptados, les diera miedo y no los aceptasen pero no, fué un éxito total. De esto hace ya unos cinco años y así empecé a utilizar muy a menudo a los mandarines como nodrizas.
Siempre que puedo intento sacar a los exóticos de forma natural pero hay veces en que es imposible, no hay manera de que críen y llega un punto en que te cansas de sacar de la bandeja polluelos recién nacidos. Cuando ocurre esto, no me queda más renedio que usar a los mandarines. No siempre los aceptan, las hay parejas buenas y parejas malas por eso siempre dejop que hagan primero una puesta suya. Si veo que crian bien a sus propias crías, sé por norma general que podrán cuidar bien a otros polluelos de exóticos, sobretodo estríldidos con boqueras muy parecidas a ellas como los diamantes de cola larga, ruficaudas o moteados.
Los goulds, tricolores y papagayos, al tener los puntitos fosforescentes azules puede que se lo piensen dos veces y vean algo extraño en ellos pero acaban dándoles de comer y los aceptan sin problemas. Hay que evitar en todo lo posible las
nidadas mixta, es decir, que críen a la vez dos o más especies distintas. Esto también pasa con las isabelitas, siempre preferirán dar de comer a los polluelos más parecidos a los propios que a los de los demás. Esto es muy común, no es que les dejen de empapuzar es que reciben menos aliemento y a la larga se van quedando pequeños y con menos fuerza que sus "hermanos" con resultados nefastos.
Ni que decir tiene que crían mejor los mandarines vulgares o del montón que los de concurso. Éstos están seleccionados por su línea y tamaño pero cuando están acostumbrados a criar apenas hay diferencias con los pequeños pero la ventaja es grande. Una pareja de mandarines gigantes pueden llegar a sacar a toda una prole de paddas o goulds de gran tamaño.
El principal inconveniente que tienen los mandarines respecto a las isabelitas es que no incuban los huevos que no se crean que son suyos. A las isabelitas les pones un huevo cada día y al tercer día llegan a incubar, en los mandarines no ocurre eso. Los mandarines sólo incuban cuando ponen sus propios huevos y es ahí cuando tienes que hacer el cambio con los huevos de la otra especie. Tampoco incuban durante tanto tiempo, es por eso que la sincronización ha de ser la mejor posible, a lo sumo siete diez días de diferencia. Menos aún usar un dúo o un trío de machos....
En definitiva, no son tan buenos criadores ni tan fiables como las isabelitas pero pueden llegar a serlo, sólo hay que conocerlos un poco y saber las limitaciones que tienen. A mi me dan muy buen resultado para con espécies complicadas. sí que mato dos pájaros de un tiro, crío mandarines gigantes que tanto me gustan y me hacen de nodrizas de vez en cuando sin necesidad de disponer de isabelitas con lo que éstas conllevan de doble gasto.